El 11 de febrero despegaban de la base aérea de Albacete los 4 Eurofighter que componían el destacamento aerotáctico Strela, dardo en búlgaro, desplegado en la base de Graf Ignatievo, cercana a la ciudad de Plovdiv (Bulgaria). Formado por 130 aviadores, el contingente suponía la 58ª rotación de la misión de policía aérea reforzada (en inglés, Enhanced Air Policing), la que protege el espacio aéreo oriental de la Alianza. Los aviadores españoles permanecieron en tierras búlgaras hasta el 31 de marzo. Y el 1 de abril desplegaba en Lituania un nuevo destacamento del Ejército del Aire formado esta vez por aviones F-18 del Ala 12.
En una contundente respuesta aliada a la tensión creada por Putin con la invasión de Ucrania, el Ejército del Aire desplegaba sus mejores aviones de combate en Bulgaria. Los Eurofighter del Ala 14, recién equipados con los misiles aire-aire de guía radárica MBDA Meteor, con un alcance de casi 200 kilómetros, junto con los misiles de guía infrarroja Iris-T y el cañón Mauser de 27 mm, son unos formidables aviones interceptores. Los Eurofighter manchegos volaban rumbo a orillas del mar Negro para hacer llegar un mensaje inequívoco de solidaridad con nuestros aliados del este de Europa.
La fuerza aérea española informaba de que este movimiento a Bulgaria complementaba a la misión de policía aérea del Báltico (Baltic Air Policing), una misión defensiva por la que la OTAN garantiza la integridad y seguridad del espacio aéreo de los países bálticos, desde su entrada en la Alianza en el año 2004, cubriendo la carencia de aviones de combate de estos países.
Complementando, en efecto, el despliegue en Bulgaria a la misión de apoyo a los países bálticos, y con un claro carácter de excepcionalidad ante la crisis provocada por la invasión de la Rusia de Putin. Un despliegue de medios materiales y humanos que pone de manifiesto, una vez más, el inequívoco compromiso de España como miembro activo de la Alianza.