Este pasado viernes 6 de septiembre, hemos tenido la oportunidad de volar desde la base aérea de Torrejón hasta la de Morón de la Frontera, en Sevilla, para conocer de primera mano las conclusiones que ha extraído nuestro Ejército del Aire y del Espacio del reciente despliegue en el área Indo-Pacífico de su agrupación Plus Ultra, formada por cuatro Eurofighter de las alas 11 y 14 y dos A400M del Ala 31, apoyados por un Airbus A330 del 45 Grupo de Fuerzas Aéreas.

Al embarcar en el A400M del Ala 31 notamos el primero de los detalles curiosos que nos han preparado para esta jornada de prensa. En la cola luce orgulloso el parche del Pacific Skies. Es uno de los T-23, en la nomenclatura de nuestra fuerza aérea, que ha participado en esta colosal aventura que ha llevado a nuestros aviadores hasta el otro extremo del mundo. A bordo de este gigante con base en Zaragoza nos acompaña el nuevo jefe de Estado Mayor del Aire (JEMA), general del aire Francisco Braco. Su presencia pone de relieve la importancia que nuestros aviadores dan a la comunicación de su trabajo.

Fotografías de Elena Iribas

Durante el vuelo somos interceptados por dos de los Eurofighter del Ala 11, que también han completado esta misión, lo que demuestra la capacidad de nuestro Ejército del Aire para operar en cualquier rincón del mundo. Los ejercicios en Alaska, Australia e India han puesto en evidencia que nuestra fuerza aérea tiene, en la actualidad, un carácter totalmente estratégico y la capacidad de intervenir en cualquier conflicto a nivel global.

Todo ello fruto de la estrechísima colaboración existente con la Luftwaffe y el Armee de l'Air, desde hace años. Las tres fuerzas aéreas implicadas en el futuro avión de combate europeo (FCAS), operando con aviones fabricados en Europa (Eurofighter, Rafalé, A400M y A330MRTT) han sido capaces de desplegar una agrupación aérea expedicionaria para participar en estos tres ejercicios operativos junto a fuerzas aéreas como la USAF, la Royal Australian Air Force (RAAF) o las Fuerzas de Autodefensa de Japón, entre otras muchas, y trabajar y combatir junto a aviones de quinta generación como los F-35 o los F-22.

Fotografía de Elena Iribas

En la rueda de prensa que se celebró a nuestra llegada a la base aérea de Morón nos explicaron cómo los 400 000Km recorridos sólo en vuelos de navegación por nuestros aviones han supuesto todo un reto logístico y de mantenimiento. La mejor prueba de todo esto es el incidente que se produjo justo antes de realizar el salto hasta la escala en Japón. Uno de nuestros Eurofighter sufrió un impacto con un pájaro y perdió uno de los motores. Inmediatamente después de aterrizar, mecánicos alemanes y españoles se pusieron manos a la obra y consiguieron montar un motor alemán en el Eurofighter español. Una vez realizadas todas las comprobaciones de seguridad, nuestro caza pudo continuar con los ejercicios según estaba previsto. Una agrupación aérea europea operando como un solo equipo perfectamente coordinado a miles de kilómetros de sus bases.

A preguntas de los periodistas, el JEMA nos explicó que es muy complicado repetir una operación como esta de manera anual. Sin embargo, si se está valorando el desplazamiento a Australia en 2026, para participar de nuevo en ejercicios conjuntos a petición de la RAAF.

Fotografía de Elena Iribas

En resumen, se han cumplido todos los objetivos de este histórico despliegue: un objetivo estratégico y político de demostración de capacidades operativas, logísticas y de despliegue; un segundo objetivo de impulsar a la industria europea, utilizando únicamente aviones made in Europe, y conseguir la perfecta coordinación e integración de las tres fuerzas aéreas, demostrando que son capaces de operar de manera conjunta muy lejos de Europa; por último, se ha obtenido también un adiestramiento propio, de nuestro Ejército del Aire y del Espacio, no sólo de tripulaciones, sino de todo el personal implicado.

Fotografías de Elena Iribas

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