“No le busques tres pies…”
La niebla cubre la base aérea de Torrejón esta mañana. Visitamos al Ala 12 con motivo de la preparación de su despliegue a Lituania el próximo mes de abril. Nos recibe un viejo conocido, el teniente coronel Estrada, piloto con casi mil horas de vuelo en nuestros F-18.
Tanto él como el coronel Nievas, jefe del Ala 12, ponen el acento en el personal. Son muy conscientes de que cualquier unidad del Ejército del Aire y del Espacio depende absolutamente de los profesionales que la forman. Mecánicos, armeros, ingenieros, pilotos.., todos son eslabones imprescindibles en la cadena que forma una unidad de combate. Unos perfiles muy técnicos, difíciles de formar y de mantener, que marcan la diferencia entre una fuerza aérea operativa y una simple acumulación de aviones, peores o mejores.
Foto de Elena Iribas
Esta nueva misión de policía aérea en el flanco este de la Alianza Atlántica es una misión muy exigente para toda la unidad. Será la tercera vez en tres años, tras los despliegues realizados en 2022 y 2023. El objetivo: mantener vigiladas las incursiones de la fuerza aérea rusa en el espacio aéreo de la OTAN y proporcionar a los países bálticos la defensa, que solo una fuerza aérea moderna, de la que carecen, les puede proporcionar. La misión de Policía Aérea en el Báltico o BAP (Baltic Air Policing), como es denominada por la OTAN, consiste en mantener un par de aviones en alerta veinticuatro horas al día durante los cuatro meses que dura el despliegue. Exactamente la misma misión que la unidad realiza desde su base de Torrejón, entre otras muchas. El carácter expedicionario de nuestro Ejército del Aire y del Espacio puesto a prueba, una vez más.
Visitamos el hangar en el que se realizan las revisiones de primer escalón de los F-18, cada cien horas de vuelo. Más de doscientas personas trabajan aquí. Hablamos con uno de los cinco ingenieros aeronáuticos y electrónicos responsables de certificar que todo el trabajo se hace conforme a los procedimientos y que los aviones son devueltos a la línea de vuelo en condiciones de total seguridad. Para ellos lo más importa es la planificación. Se deben programar las revisiones de los aviones para obtener, a mediados de abril cuando se inicie el despliegue, un número de aviones suficiente, en perfecto estado y con las suficientes horas de vuelo por delante, para afrontar la exigente misión de patrullar la frontera este de la Alianza. Y todo ello sin descuidar el resto de las misiones del Ala 12.
Foto de Elena Iribas
Nuestros veteranos F-18, en la recta final de su vida operativa, vuelven a asumir el reto de mantenerse operativos 24/7 en la base aérea de Siauliau (Lituania), a miles de kilómetros de su base de Torrejón (Madrid), para ser capaces de despegar en menos de 15 minutos en el caso que el Centro Combinado de Operaciones Aéreas (CAOC) de Uedem (Alemania), que dirige la defensa del espacio aéreo de la zona norte de la Alianza, así se lo demande. Tras las sucesivas modernizaciones y actualizaciones a las que han sido sometidos y armados con misiles de guía radar AMRAAM, de guía infrarroja Iris-T y con su cañón Vulcan de 20mm, son todavía un potente sistema de armas aire-aire.
Foto de Elena Iribas
Entre la treintena de pilotos de la unidad deben designarse los que formarán parte del destacamento en Lituania y aplicarles el plan de instrucción correspondiente, sin descuidar el resto de las misiones del Ala 12. Todo un reto elegir al personal idóneo con la formación necesaria para afrontar las más que probables interceptaciones a aviones de la fuerza aérea rusa en condiciones de seguridad y eficacia. Como nos transmite la capitán Nuria Moral Gorráiz, que nos encontramos en el barracón de alarma en donde realizan guardias de 24 horas para vigilar nuestro espacio aéreo, entre ellos se respira un ambiente de total normalidad. Afrontan esta misión como una más, conscientes de la enorme responsabilidad que afrontan, pero seguros de que con la formación recibida y la experiencia acumulada cumplirán a la perfección, una vez más. Es la asombrosa naturalidad y humildad con la que viven su profesión lo que más llama la atención en unas personas extraordinarias.
En esta preparación para la misión en Lituania juega un papel destacado el moderno simulador de la cabina del F-18 instalado en el Ala 12 por la empresa española Indra. En él los pilotos entrenan todo tipo de emergencias y en el caso de un destacamento en el exterior, como este que ahora se prepara, les permite realizar aproximaciones y tomas en la base de despliegue de Lituania sin salir de Torrejón. Son los propios operadores del simulador, como nos confirma el suboficial encargado de su funcionamiento el día que lo visitamos, los que reproducen la pista de Siauliau, en este caso, introduciendo las radio-ayudas y muchos otros datos técnicos, para que los pilotos aterricen en Lituania más que familiarizados con la que será su base durante cuatro meses.
En resumen, un grupo de hombres y mujeres extraordinarios, operando unas excelentes maquinas, seguramente el mejor avión de combate que ha tenido nunca nuestra fuerza aérea, sobradamente preparados para afrontar de nuevo esta misión o cualquier otra que se le pudiera asignar.
Foto de Elena Iribas
Foto de David Vázquez