El pasado 19 de mayo, un C-295 (T-21 en nomenclatura militar) del Ala 35 realizó un vuelo más desde su base de Getafe hasta un aeródromo de Polonia cercano a la frontera con Ucrania. El objetivo de ese vuelo era el traslado de ayuda militar para las Fuerzas Armadas ucranianas, como se viene haciendo desde hace más de dos meses. Sin embargo, el vuelo de regreso se aprovechó para evacuar a heridos de guerra, con destino al Hospital Militar de Zaragoza.
En concreto fueron once combatientes ucranianos los evacuados en este segundo vuelo destinado a tal fin. Dos semanas antes, el 5 de mayo, otra aeronave de la fuerza aérea española había trasladado, también a la base aérea de Zaragoza, a tres heridos y veintiún refugiados que acogería la ONG Accem en distintas poblaciones de Aragón.
Han sido probablemente los primeros de muchos heridos que en las próximas semanas serán evacuados hasta hospitales españoles, como está haciendo el resto de países aliados.
Un paso más en la colaboración española en la defensa de Ucrania, en la línea del resto de los países de la OTAN, que se puede realizar gracias a las capacidades del Ejército del Aire. Sus aeronaves y, sobre todo, su personal, altamente cualificado, hacen posible que España pueda afrontar misiones de evacuación de heridos tan complejas como esta.